Han
pasado muchos años desde comencé a estudiar el Tarot y más que los arcanos mayores,
los menores se me hacían un mundo complejo y me costaba darles sentido a todas
esas cartas, dieciséis figuras y cuarenta números, ¡era demasiado! Algunos
Tarot, como el de Rider-Waite además tiene una imagen para cada una. No entendía, por más que estudiara la
numerología pitagórica, ¿por qué una imagen para un número? Pero, estudiando el Árbol de la Vida,
comprendí y encontré un método sencillo y completamente lógico de estudiar y enseñar el significado de los arcanos menores del
Tarot.
Lo
primero es comprender la diferencia entre las cuatro pintas del Tarot,
relacionadas con los cuatro mundos del Árbol de la Vida Kabalístico y que tiene
que ver con nuestra experiencia en esos mundos: el espiritual (bastos), el
mental (espadas), el emocional (copas) y el físico (oros).
En
cuanto a las figuras, en una hermosa canalización, pude ver las figuras (Rey,
Reina, Caballero y Sota) como familias sentadas alrededor de una gran mesa,
celebrando la diversidad y los caballeros se convirtieron en jóvenes príncipes y
princesas y las sotas en pequeños niños de la realeza. Para esa celebración, yo era la anfitriona y ellos mis consejeros. ¡Qué importante es escuchar sus consejos! Es tan
interesante ver la interrelación que existe entre las diferentes familias,
entre los reyes de los cuatro mundos y los otros miembros. Pero, además, imagina como se mueven esas
figuras de bastos, o de copas, o de espadas, o de oros, cada rey con su estilo,
cada reina con su voz, los jóvenes y los niños retando y jugando.
Y
los números (del as al diez) son eso, números, y por lo tanto cada uno es parte
de un proceso. El uno es el principio;
el dos lo sigue y nos enfrenta a la dualidad; el tres nos lleva a una
determinación espiritual en vista de lo anterior; el cuatro permite la
expansión de esa idea: el cinco nos ayuda a filtrar lo que no hace falta; el
seis nos dice que ya aquello que en el as era apenas una idea, ahora es un
plan; el siete nos invita a actuar y dice ‘bien, es hora de trabajar’; el ocho
nos enfrenta con los retos de todo proyecto; el nueve canta ‘estoy listo/a para
ver la vida’ igual que un bebé; y finalmente el diez nos avisa de un cierre y un
nuevo comienzo.
Los
arcanos mayores representan la energía arquetipal que cada uno de nosotros expresa
consciente o inconscientemente. Y los
arcanos menores representan los aspectos de lo cotidiano. Las figuras, esas personas que nos rodean y
los números nos dan claridad sobre el mundo en el que actuamos y el nivel en el
que nos podemos encontrar, según la pinta.
Así
que ya puedes ver que los arcanos menores son mucho más fáciles de aprender, de
estudiar y de leer. ¡Que los disfrutes!
Facilitadora de Procesos de Transformación
Tarot-Coaching for Life
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